lunes, 5 de abril de 2010

Rebalsadors

¿Quien me iba a decir que todo acabaría como ha acabado?
La ruta ha valido la pena, después de varios días haciendo del más absoluto de los globeros (me he tenido que quitar el alquitrán con salfumán y lejía), hoy bhe decidodo usar la mtb para lo que está hecha, la montaña.
He ido a mi punto de partida de siempre cuando de la calderona se trata, la urbanización de La Torre de Portacoeli. y me he dirigido hacia la font del Poll por la subida del Tristany ya que una vez vi que por ahí ponía un cartel en el que se podía leer Rebalsadors, así que a la aventura que voy.
La subida para el que no la haya hecho es una constante que se encuentra entre un 3 y un 6% durante sus buenos 15 km. hasta llegar al cruce en el que si vas a la izquierda vas hacia el Tristany pasando antes por la famosa font del poll.
Yo me encamino hacia la derecha en busca de la cumbre que buscaba y tras un poco de pedaleo rápido, hoy me encuentro fuerte y he subido a un ritmo endiablado (para lo que suelo hacer) me encuentro de bruces con el famoso desvío que recuerdo de la anterior vez que subí a rebalsadors hace más de 12 años, lo cierto es que me ha "decepcionado" un poco la subida, al menos antes la recordaba mucho más dura (será que cuando la hice aquello era un cortafuegos y la bici que llebava era digámosló un poquillo peor), los primeros 500 metros de ascensión son duros, más o menos de un 12 a un 15%, pero luego llega una zona  bondadosa en la que te entretienes viendo el paisaje que tienes alrededor ya que hasta entonces tan sólo podía ver la rueda y poco más.
Llegado a un cruce de tres caminos no se cual elegir, recuerdo vágamente ese que sube por la izquierda, pero como me encuentro sobrado de fuerzas, decido hacer los tres, así que me encamino hacia el que va a la derecha y me encuentro con la grata sorpresa de ver un nevero, lo siento pero su nombre no lo recuerdo.

A continuación y tras un leve descenso me encamino hacia el mirador de Rebalsador, con un sonrisa en la cara y un pensamiento en la cabeza que decía "amiga, te he ganado y encima voy como una moto hacia tí", y eso me enseña que nunca puedes ni siquiera pensar que has vencido a una montaña, porque en ese preciso momento, rozando los 30 km/h con el plato grande metido, mis oídos escuchan el dulce sonido del viento, pero no es este un viento que me de en la cara, no, es un viento que escucho por detrás  y hacia abajo, tan pronto como lo escucho la bici empieza a culear y justo a 30 metros del mirador he puesto pie en tierra.

Me he tenido que inclinar y pedir perdón por mi falta de humildad ante la señora montaña, menos mal que siempre salgo con un a cámara de recambio, la monto, guardo la rota en la mochila (por favor amigos que no cuesta nada recoger la basurilla), y llego al mirador, me hago pequeño, mi vista se limpia de las limitaciones que tenemos en las ciudades.

Pero no tardo mucho en pensar que aún me queda una subidilla más y desde donde estoy lo cierto es que parece durita, así que voy para allá.
Y si, el punto geodésico está aquí, y lo creáis o no, no he hecho ninguna foto del mismo, así que me va a tocar volver para hacerla, la vista desde allí es más espectacular si cabe y gracias a un dibujo que hay puedo distinguir las montañas que veo, está Monte picaio, la Mola de Segart, viejas conocidas que me vieron en mis inicios.

Inicio la rápida bajada que me llevara hasta mi coche, pero no era eso lo que me tenía deparado el destino,, lo que me tenía deparado no era otra cosa que... otro reventón y esta vez no tenía cámara de recambio, después de maldecir, gritar, pegarle una patada a una piedra y probar a hinchar alguna de las maltrechas cámaras (iluso), decido que no hay más remedio que andar, total sólo son 10 km. los que me quedan, así que me pongo a correr con mi amiga al lado, herida en muerte en una de sus ruedas.
Llega un momento que pienso, siento que no puedo más a sí que le pido permiso a mi amiga para abusar un poco más de su bondad y vuelvo a subir, sin cámara en la rueda, para finalizar de pie sobre la bici los 8 km que me quedan, y así concluye todo, con un poco de retraso sobre el horario previsto, con el deseo de no haberme cargado nada que me pueda arrepentir después y con una lección aprendida: da igual lo fuerte que te sientas, da igual lo bien que te encuentres, siempre habrá alguien mejor que tú" y en este caso ha sido ni más ni menos que la señora Calderona, que últimamente no se porta muy bien conmigo ya que mis tres últimas visitas se han saldado con una rotura de horquilla, una rotura de cadena y los dos susodichos reventones.
En definitiva una ruta que me deja un IBP de 63 y un desnivel acumulado de 818 metros.
El track aquí

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