De vuelta a la Calderona, nos disponemos a subir lo que el otro día, por falta de tiempo, nos faltó, el Tristany.
La subida como siempre placentera y disfrutando de las vistas, paramos a beber de las aguas que amable nos brinda la ya conocida font del poll.
Y nos dedicamos a subir hacia el Tristany, camino que no recorría desde hace ya mucho tiempo.
Una vez subimos nos quedamos con ganas de algo más así que nos dirigimos hacia la caseta de los forestales donde me llevo la sorpresa de ver que lo han asfaltado, lo que antes era una subída dura y técnica ahora es una subida dura, sin más, le han quitado la emoción, pero no las vistas de la Calderona castellonense.
Nos disponemos a realizar la vertiginosa bajada que nos dirigirá a los coches y hay un par de llantazos por el camino que nos hacen parar a reparar a nuestras maltrechas monturas.
Así que con la promesa de volver para cabalgar por sus caminos nos despedimos de nuestra amiga la Calderona.
Al finalizar relizamos una ruta con un IBP de47 y un desnivel de 708,81 m
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