La idea era ir al castillo por una nueva ruta que Iván tenía estudiada, el resultado fue algo distinto....
Partimos desde la gasolinera y nos dirigimos por sendas hacia el "clot de les tortugues", como siempre un disfrute la zona de rápidas sendas estrechas y trialeritas que ponen a prueba nuestra destreza con la bicicleta.
Pronto llegamos a una zona asfaltada en la que empiezan nuestros quebraderos de cabesa con el móvil, es ahí donde empiezo a echar de menos mi Garmin.
Nuestro sentido de la orientación es bueno, pero el track estaba equivocado (por supuesto), a lo lejos vemos unos bicicleteros que se meten por un camino y decidimos seguirlos...
Ese camino nos lleva a una cantera que ya que estamos decidimos explorar, es aquí donde empezamos a practicar un deporte que se hará olímpico algún día: descenso de barranco con bici, simplemente espectacular.
Aparecen los primeros comentarios sobre la existencia de cierto camino que por narices pasa por aquí, pero no conseguimos verlo, lo han debido de borrar las lombrices del lugar...
Tras atravesar el reguero de drenaje tomamos un camino que tras un par de vueltas nos lleva a una senda entre pinos de rápida bajada de las de no perder la concentración ni un segundo, de las de abrir la boca y sacar la lengua, de la que cuando acaban piensas, más, quiero más...
Llegamos a un claro que nos da dos opciones y como siempre cogemos la que se adentra en un bosque de pinos.
El camino acaba en un huerto lleno de algarrobos, pero no para nosotros que decidimos seguir entre los árboles y "abrir caminos", tras darnos cuenta que no podemos seguir y conseguir una vista del castillo que nadie ha logrado, volvemos sobre nuestros pasos con la satisfacción de haber abierto un nuevo sendero por la vida y con unos cuantos arañazos de más en las piernas y en los brazos, por fin salimos a un camino ancho y de repente alguien dice: Ya se donde estamos, así que decidimos tomar las de Villadiego y empezamos un ascenso que se hace larguito por un firme en buen estado, sin piedra suelta, es un ascenso gradual, empieza con un leve desnivel y poco a poco te das cuenta que vas subiendo piños hasta que, sin más, descubres que estas subiendo de verdad, el camino nos lleva a bajar les cinc pujaetes que las bajamos como si no hubiese mañana (simplemente espectacular), un rápido pedalear por asfalto nos lleva de nuevo a la gasolinera.
Buena ruta con un a conclusión: lo importante de un viaje no es llegar al punto deseado sino el viaje en sí.
Como siempre un placer compartir ruta con vosotros.
Una ruta de 31 km con un IBP de 73 y un ascenso acumulado de 847 m.
El track aquí.
la repetiremos....sin perdernos
ResponderEliminarNo lo dudes, pero si no nos perdemos pierde emoción
ResponderEliminar