Parece mentira que me haya pasado gran parte de mi vida en las cercanías de esta zona y no tenía ni idea de lo que me estaba perdiendo, pero bueno más vale tarde que nunca...
El día ha comenzado haciéndonos todos la misma pregunta: ¿qué nos lleva a estar aquí a estas horas?, mientras descargábamos las bicis de nuestros coches.
El sol estaba aún intentando asomar por entre los árboles de enfrente, pero lo hacía de manera perezosa como nuestras primeras pedaladas.
Tramo suave de asfalto para empezar, cielo nublado y ambiente húmedo, sólo llevábamos 10 minutos y notábamos cómo el sudor corría por nuestras piernas como si de una fuente se tratase.
Primera parada obligada por problemas técnicos (hoy estrenaba sistema de transporte en la bici del que ya publicaré alguna fotillo) debido a fallos en el cambio que me acompañarán a lo largo de la jornada y me servirá de escusa para justificar mi rendimiento en las subidas...
Tras el coll de les tortugues y la subida a las 5 cuestas (las dos primeras más durillas, las tres siguientes mantienen la pendiente) hacemos una rápida bajada por una trialerilla que nos llevará als cavalls.
Viene la parte más divertida de la ruta con subidas, bajadas, sendas rápidas y estrechas y alguna dificultad que hace que nos bajemos ligéramente de la montura.
Pero no toda diversión es eterna y encaramos la que será la parte más dura de la jornada, le llaman "el Mortirolo".
Es una subida constante en la que los cambios me la juegan y se quedan enclavados en el último piño, por lo que la tengo que hacer en su gran parte con plato pequeño y piño grande, sin poder regular de ningún modo.
Llegamos tras la subida a un mirador desde donde podemos ver Lombai, Catadau y gracias a la nubes no podemos ver la desolación que ha dejado tras de sí el fuego en los días pasados.
Ascendemos un poco más y encaramos el tramo de bajada hasta llegar las 5 cuestas en sentido contrario, cuando pensaba que ya teníamos bastante por hoy aún cogemos una trialera más que probará nuestra destreza y mis riñones.
Sólo nos queda dejarnos caer por asfalto y alcanzar nuestro lugar de inicio donde nos espera una cerveza bien fría para algunos y una coca-cola para mí.
Después de todo la pregunta que nos hacíamos al principio queda contestada. Sentirse bien después de pedalear, notar el aire en la cara en las bajadas y el sudor en las piernas enlas subidas, esa descarga de adrenalina cuando tienes que bajar por un barranco, todo eso es lo que nos hace estar aquí a estas horas.
Una ruta con un total de 34.6 km, un IBP de 76 y un ascenso acumulado de 1133 metros según la página del IBP.
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