Recupero poco a poco sensanciones y a pesar de que un loco me adelante como si le persiguiera un perro (tengo escusa, sólo llevaba 5 km), me he encontrado bien y además mi amigo el solete parece que haría acto de presencia.
Llegado al final del camí saco algunas fotos de lo que en algún momento fue una construcción que alguna utilizadad tendría, seguro y me dispongo a volver sin saber aún por dónde meterme.
Llegado a una vaguada, giro hacia la izquierda, ya que es un camino que siempre he querido seguir y a medida que avanzo por él adivino cual puede ser su destino que no es otro que la carretera que une Xest con Villamarchante.
Descubro que está bordeada por un caminillo al margen que me permite seguir disfrutando del polvo y las piedras a una velocidad considerable.
El camino llega un momento que se separa de la carretera y se dirige hacia Monte Horquera y allí me dirijo, subiendo hasta la base de les antenes que hoy no subiré, me lanzo al vertiginoso descenso que me conduce hasta la zona que han habilitado para el recreo.
Me dirijo hacia la base del pico del águila y es en la subida donde a buen ritmo cojo a otro bikero y mi orgullo machacado en el kilómetro 5 es restablecido de nuevo (qué le vamos a hacer), de ahí a mi casa queda poco más que seguir dando pedales sin más.
Track aquí.
Al final un IBP de 33 y un desnivel acumulado de 358 metros.
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