viernes, 2 de abril de 2010

La pea, Pedralba, Fuente Viñas.

Aprovechando el festivo me he marcado una salidita que tenía ganas de hacer desde hace años, con alguna variación es una ruta que hacía cuando empecé a dar pedales por los alrededores de Ribarroja.
La ruta comienza dirigiéndome hacia Villamarchante, es un pueblo curioso, desde los alrededores se puede ver en todo momento la iglesia que está en la zona más alta del pueblo, como he estado callejeando he descubierto una calle en la que una de sus paredes muestra como si de lienzos se tratara las bondades que ofrece el término municipal de Villamarchante.
Una vez fuera del pueblo me he dirigido hacia la Pea y justo cuando me tocaba cruzar el río, me encuentro con ésto....
Increible pero cierto, luego dicen de trasvase, sequía y leches en vinagreta, estoy a menos de 20 kilómetros de Valencia y no puedo pasar el río porque el puente está inundado, pero no un poquito no, tiene más de un palmo de agua, así que lejos de amilanarme,  me quito las zapatillas y los calcetines y a cruzar el río por el puente o lo que debe ser que hay debajo de toda esa agua, la primera sensación al meter el pie en el agua es, mira que bien, que fresquita está, la otra es, ostras pedrín que se me lleva la corriente, la tercera sensación es cuando ya llevo mitad de puente cruzado y es leche que no llego, entre lo resbaladizo del puente, la potencia del agua y el dolor que se me ha instaurado en los pies, no se si voy a llegar... pero sí, lo he conseguido, prueba superada, me encamino hacia el siguiente punto del camino y no es otro que Pedralba.
Es aquí donde encuentro mi mayor frustación cuando me doy cuenta que desde que he cambiado las cubiertas en el momento en que el terreno tira para arriba y se presenta algún tipo de dificultad en forma de terreno escabroso, no hay otra que poner pie a tierra, viene ahora una sucesión de dos o tres subidas que en algún punto hay que poner pie a tierra, pero no tan pronto, la bici se me encabrita, noto como pierdo tracción trasera, y como no, pie a tierra, subo cabreado y maldiciendo en ebreo, chino y algunos dialectos del ruso y continúo mi camino hasta llegar a Pedralba.

Es ahora cuando viene la parte más tediosa de toda la ruta, que no es otra que la que enlaza Pedralba con el siguiente punto, Fuente Viñas, en la sierra de Xiva.

Es una interminable carretera, bien asfaltada, de cerca de unos 10 km, pero que se hace interminable, ya que no sólo produce alergia tanto asfalto sino que es una pendiente constante que oscila entre el 3 y el 6%, que va minando poco a poco las fuerzas y la moral, en más de un momento he legado a pensar que no conseguiría llegar muy entero a la meta, pero afortunadamente, todo ha pasado.
Una vez acaba la carretera, llego al amplio camino (querido polvo) que me dirigirá hacia Fuente Viñas, se hace agradable la subida, no creo que tenga más de 3 km. y aunque al final se endurece un poquito es una subida tranquila para poder adminrar el paisaje y con suerte poder ver alguna perdiz despitada (algún día alguien me tiene que explicar el porqué si pasas por al lado de una perdiz y no la ves, ella amablemente delata su posición chillando o lo que sea que haga una perdiz y saliendo a toda leche, ¡si no te he visto!, pa que te mueves).
Una vez en la fuente, tomo un tentenpie en forma de barrita de frutas rojas marca hacendado (muy buena, por cierto, junto a la de chocolate blanco las mejores para mi), he llenado la alforja de rica agua, que por más que ponga en el cartel que no es potable no me puedo resistir a probarla una vez más.

Dirijo mis ruedas hacia el siguiente punto Xest y su camí de Xest que uno dicho pueblo con Ribarroja.
Recuerdo que antaño me metía hacia un barrancoe iba a salir a una fuente (fuente Incolla), así que ese es el camino que sigo.

A partir de ese momento, mis piernas me dicen que no han tenido suficiente y en un rápido desdecenso que viene seguida de caminos y carreterillas, siempre con un ligero desnivel negativo, me encamino casi volando hacia el camí de Xest, porque Xest ya lo he pasado, fiusssssssss.
Ya por el camí, lo de siempre, apretar los dientes en la parte inicial y final y pedalear a toda leche en la parte del medio.
En fín, una vuelta entretenida con un IBP de 67.
El track aquí.

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