sábado, 11 de agosto de 2012

De Pea a Pea y por el río porque me toca

Hoy las previsiones decían que los termómetros subirían hasta no parar, así que me dije vamos a ver si es cierto, y he de decir que si, era cierto, han habido momentos en los que se me hacía verdaderamente difícil respirar, me he llegado a sentir como el "suarsi" en la película de Desafió total:
Pero bueno, dejando de lado la agradable temperatura que he disfrutado, hoy he completado una ruta que empecé hace dos días y que por falta de tiempo (es la manera que tenemos los bikers de decir que las piernas no nos daban para más) decidí hacerla hoy.
La salida comienza por el parque fluvial del Turia, hoy no había empujones, silbidos para avisar ni aglomeraciones (algo bueno tiene el calorcillo), la dirección que tomo es hacia Villamarxant, son cerca de 11 km que se hacen a un ritmo rápido, la humedad del ambiente ayuda a aumentar la sensación de ahogo.

Al llegar al final del parque sigo por la carretera que se me presenta hacia la izquierda, decido probar mis piernas maltrechas por los esfuerzos de la semana y decido seguir con el plato y jugar con los piños, es un tramo que se hace rápido, el único cuidado que hay que tener es que de tanto en tanto te aparece algún que otro coche, cosa que a los que nos gusta el monte nos da bastante respeto, la carretera se ve salpicada por carteles que anuncia el "mas dels frares", así que la curiosidad me puede y en cuanto veo el cartel definitivo mis pedaladas me guían hasta el susodicho Mas.

Resulta ser una especie de casa rural-restaurante que aún guarda el señorío que tuvo hace años, allí me encuentro con un trabajador que me cuenta que se han llegado a rodar capítulos de la serie de televisión "L'alqueria blanca", con una foto y el dato en la mochila, sigo mi camino hasta alcanzar el cartel que anuncia que he llegado a La Pea.

Continuo por carretera a buen ritmo, parece que las piernas hoy me responden (ingenuo), y pronto me encuentro con lo que andaba buscando: Las montañas del Palmera y La Pea.

Tomo el camino de tierra del Chucheve, que cruza la montaña de principio a fin, pero lo abandono a los 20 metro por otro camino que surge a la derecha, en este momento es donde me doy cuenta de la gran mentira que me estaban contando mis piernas, el terreno se inclina de forma abrupta y temprana y nos tengo más remedio que hacer acopio de todas mis fuerzas para poder seguir, me da tiempo para ver a mi derecha la central hidroeléctrica por lo que supongo que el parque natural de La Fenosa no debe estar muy lejos de donde estoy, con lo que me lo apunto mentalmente para otra futura salida por la zona, mientras tanto sigo el ascenso hasta llegar a una bifurcación, aunque mi camino es el de la izquierda, tomo el camino que me lleva a la derecha aunque se que no tiene salido, pero si hay que subir, se sube, lo cierto es que todos los caminos que hoy he tomado y que me han llevado a un final sin salida han valido la pena, en absoluto son tiempo perdido, las vistas son preciosas y te permiten hacerte una composición de lugar, veo los caminos que puedo tomar y a donde llevan, sólo por el calentón de subir y las vistas vale la pena.


A la vez que ilusionado por las vistas, me entra el miedo de no saber cuánto tiempo durará el paisaje de este modo, un paisaje que debió ser un bosque antaño y que tras varios incendios provocados, tan sólo mantiene algunas zonas frondosas, así que decido disfrutar de lo que hoy veo y acompañado por el sonido de las chicharras que hoy están ciertamente rabiosas, tomo el camino que en un principio tenía previsto, antes de llegar tomo otro desvío que me deja una estampa en la que veo una de las curvas que el río hace para poder pasar por las montañas.

Ahora sí, me dirijo hacia la idea primera que era volver al camino de chucheve, pero antes me tiro por la ladera de la montaña hasta donde el camino deja de ser ciclable (algo de cabra hay que hacer), una rápida bajada me dirige hasta la urbanización con el mismo nombre que el camino, aunque antes me desvío por un camino llamado del barranco de las cuevas blancas, es un camino con poca pendiente que te sumerge el la zona más boscosa del recorrido, su final algo extraño, me lleva a una especie de "presa seca" con piedras.

Tras una breve visita a la urbanización y tras intentar entender una señal que aún ahora me trastoca un poco:

doy media vuelta y tomo una pista que surge a mi derecha, es una pista con un punto de dureza que asciende hasta alcanzar el camino de la paridera, aquí me llevo un pequeño chafón ya que durante todo el ascenso vas viendo a tu derecha un punto geodésico, pero en ningún momento logro alcanzarlo, lo dejaré para otra ocasión.
Tomo hacia la izquierda el camino de la paridera y empiezo a abandonar la montaña hasta coger un camino de asfalto que me dirigirá, de nuevo, al parque fluvial y a casa donde me espera un buen bañito y algo más....

Finalizo el paseo con un total de 45.17 km, con un ascenso acumulado de 367 m según wikiloc y 860 según IBP index (me da que esta vez no es muy realista), con un IBP de 62.
El enlace de la ruta aquí.