miércoles, 2 de agosto de 2017

Un paseito por la Calderona

Ruta que transcurre en las inmediaciones de la población de Serra. Es una ruta en la que nos vamos a encontrar una mezcolanza de terrenos que nos harán disfrutar de nuestro paseo con nuestra inseparable amiga.
En la ruta de hoy se une al grupo un nuevo miembro que nos hace de guía por sus más que conocidas tierras calderoneras, dando una nueva dimensión a los paseos por dicha sierra, ya que hasta ahora mis conocimientos de los caminos por la zona se ceñían a los ya descritos en el blog.
Damos por lo tanto un salto cuantitativo y veremos en el futuro nuevas rutas por la zona que, seguro que nos hacen disfrutar como la ruta que hemos realizado hoy.
Comenzamos como casi siempre en la zona del plà de l'Arc y pronto comenzamos a sondear por una zona de estrechos caminos y piedra suelta en continuo ascenso que me hace pensar que el día se va a hacer duro, pero nada más lejos de la realidad, pronto cogemos un camino ancho y, aunque continúa su ritmo ascendente, de buen rodar.

Pronto llegamos a una zona que ya conocía de una anterior incursión por la zona con Nacho en la que tuve que poner pie a tierra, esta vez no me iba a dejar vencer y por ello tomo un sendero alternativo que vi la anterior vez que gira hacia la derecha que, si bien no evita el último tramo duro de piedra, si que te permite meter todo y tirar hacia delante, tras un par de curvas llegamos a nuestro primer descanso para ver a nuestra izquierda el siempre presente monasterio de la Cartuja y poder ver la font de Potrillos, aunque esta vez no podemos beber de sus aguas, ya que está seca.

Seguimos el ascenso entremezclando zonas de bosque bajo y matojos y adentrándonos cada vez más en la sierra, un rápido descenso nos lleva hasta la población de Serra, que la cruzamos para coger de nuevo la bienvenida tierra, comienza ahora una zona de varios kilómetros en continua pendiente que oscila entre un 5 y un 13%, pero que nos permite un rodar alegre y recrear la vista con el paisaje que nos rodea.

El camino nos lleva a una carretera que nos lleva hasta la font del Barraix, donde, ahora sí podremos deleitarnos con sus frías aguas y, de paso llenar de nuevo la mochila que se había quedado vacía.

Tras desandar el pequeño camino que nos ha llevado a la fuente llegamos a la última sorpresa que nos espera en la ruta, cambiamos el asfalto por un terreno roto y de gran pendiente que hace que saquemos lo mejor de nosotros para poder superarlo, pero el esfuerzo vale la pena, como si de un tesoro al final de una gruta llena de peligros se tratara, al final del camino podemos ver un mirador que nos transporta a otro lugar en el que sólo existe la naturaleza y nosotros.

Reseteamos la vista de pantallas digitales y de más y tras un breve tente en pie emprendemos la vuelta por un camino roto en constante descenso (por fin), pero que a estas alturas de mi vida me hace desear que fuese de nuevo en ascenso (cada vez disfruto menos de las bajadas y más de las subidas, será la edad).

Finalmente llegamos de nuevo a Serra y tomamos el camino que nos lleva en ascenso de nuevo hacia el convento de las Carmelitas Descalzas, una vez llegamos al cruce giramos por la tierra hacia la derecha y emprendemos camino de vuelta mirando como poco a poco la luz del sol se despide de nosotros.
Al final una ruta muy recomendable, disfrutando de la buena compañía y convirtiendo en trío el duo que ya teníamos formado hace tiempo.
Esperemos que se consolide en el futuro.

IBP:45, con un ascenso acumulado de 750 metros y un porcentaje de subida medio del 4,86%, con un porcentaje máximo del 18% en el kilómetro 4,2.
Track aquí.


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